PORFOLIO

IMPROVICIADA VIAJA!!!

Dice Don Juan:
El Guerrero-viajero se deja llevar. Va adonde lo lleva el impulso. El poder del Guerrero-viajero es estar alerta para conseguir el máximo efecto con el mínimo impulso. Y sobre todo, su poder está en no interferir. Los sucesos tienen una fuerza, una gravedad propia, y los viajeros son simplemente viajeros. Todo lo que les rodea es sólo para sus ojos.
Cada Guerrero, obligatoriamente, colecciona material para un álbum especial, un álbum que revela la personalidad del Guerrero, un álbum que es testigo de las circunstancias de su vida. Es como un álbum de retratos hecho de recuerdos, retratos que surgen al recordar sucesos memorables. Son memorables porque tienen un significado especial en la vida de uno.
El Album de Sucesos Memorables es un ejercicio de disciplina. Considera este álbum como un acto de guerra.
                                                                                                   Carlos Castaneda


VIVA MEXICO, CABRONES!
DIARIO DE VIAJE
5 AL 20 DE JUNIO DE 2013

Martes 11/6 – MEXICO DF
EL MONSTRUO ORDENADO

El DF es limpio y ordenado, y se parece mucho más a Buenos Aires de lo que imaginaba. Descubrí que cuando te dicen que no pica, pica; que hasta los dulces tienen picante; que la casa de Frida Kahlo está viva y latiendo, y te contagia por momentos de su inspiración, su amor y su dolor; que Teotihuacán es imponente, desértica y llena de turistas y vendedores de chucherías; que la gente es bonita y habla cantando; que en el centro hay edificios hermosísimos que se están hundiendo por su propio peso en el subsuelo pantanoso; que en el medio del centro, y al lado de un edificio de neón, hay unas ruinas donde mataron muchos indios, y que luego esa matanza se repitió, en ese mismo lugar,  en una manifestación estudiantil; que hay muchísima gente y el tránsito es ultra estresante; que las tortas de jamón son sándwiches; que los mariachis ofrecen su trabajo en la calle, casi como prostitutas, corriendo a los autos que pasan por Garibaldi; que por una ley contra la obesidad no permiten poner la sal en la mesa de los restaurantes, pero si unas 8 salsas de distintos picantes; que cuanto mas chiquito mas picoso; que vista desde un avión es enorme y verde y roja.

















Jueves 13/6  OAXACA, OAXACA, MEXICO
ENTRANDO EN LA MONTAÑA

El viaje DF – Oaxaca transcurre entre montañas increíbles cubiertas de vegetación, con águilas planeando sobre nosotros, tan cerca que parecían mirar por la ventanilla del bus, y pueblitos pequeñitos incrustados en la montaña, con casitas de colores y viejitos con sombrero de paja durmiendo a la sombra en sus hamacas.
Llegué a Oaxaca escuchando Chabela Vargas (gran idea de Bárbara, anfitriona, amiga y espejo en el DF), tomé un bus urbano hacia el centro, y me bajé en la calle Hidalgo, la única que podía pronunciar y recordar de lo que había mirado en internet, y asi llegué al hostel Los Amigos, donde conversando con Patán y otros mexicanos, mi itinerario cambió y decidí dejar las playas de Oaxaca por las de Chiapas.
Y me fui a visitar Monte Albán, una ciudad completa de ruinas imponentes, donde la roca resalta entre la vegetación, se conservan rocas talladas por los mayas, como los Danzantes, y en cada subida aparecen nuevas edificaciones, y donde terminan las edificaciones se puede ver toda Oaxaca desde arriba, con sus casitas y sus campos rojizos.
En Monte Albán se respira la grandeza de lo que fue y el misterio de cómo fue construida, sin la rueda, instrumentos metálicos ni animales de carga. Tres horas caminando con la boca abierta de asombro.








Viernes 14/6 TONALÁ – BOCA DEL CIELO, CHIAPAS
VIAJE A LA ISLA DESIERTA

A través de campos de energía eólica, con molinos gigantes como sólo lo había visto en las películas, llegué a la terminal de Tonalá, y de allí tomé un taxi hasta el “colectivo” a Boca del Cielo, tal como me habían indicado mis amigos de Oaxaca. El “colectivo” resultó ser un taxi compartido con la mayor cantidad de gente posible. Cuando llegué había uno por partir, y un viejito con sombrero y bigote me indicó que subiera adelante. Me estaba acomodando y esperaba que el viejito cierre la puerta, pero en lugar de eso me dijo: “Muévase tantito”, se quitó el sombrero y se sentó adelante conmigo.
Y asi viajamos casi una hora mas, 3 mexicanos atrás, el conductor y yo con el viejito por poco a upa, atravesando ranchos y pueblitos, con un calor infernal, hasta Boca del Cielo. Al rato de conversar, una pareja de mexicanos que viajaban atrás me preguntaron donde iba y si tenia donde quedarme. Yo no tenia ni idea donde quedarme. Acto seguido, la señora llamó por celular a la prima de la hermana de no se quien, y me consiguieron alojamiento. Me dejaron con el taxi en casa de doña Rita y su esposo (que nunca me dijo su nombre pero me chiflaba cuando estaba lista la comida) y ellos me cruzaron en un bote a motor a la isla.





BOCA DEL CIELO

Boca del Cielo es una lengua de tierra que, de un lado forma un estero que la separa de tierra firme, y del otro lado tiene el mar, con unos 40 metros entre una orilla y la otra. Si te paras al medio podes ver el mar con olas de un lado y una laguna de agua de mar, del otro. En la isla estamos Rita, su esposo, yo, algunos vecinos que ni se asoman, el mar caliente y los cangrejos.
Hay muchos cangrejos color arena que se esconden apenas los miras. Estuve un rato tratando de ver uno de cerca y me descubrí jugando, como cuando con mi hermana perseguíamos berberechos en la playa de Gesell. Y asi, tan niña, me senté y me quedé quieta, y entonces los cangrejos vinieron, y uno grandote frente a mi agarró algo de la arena y lo comió, sosteniéndolo con sus pincitas, y fue divertidísimo verlo tan humano, como esa sensación que se tiene al ver comer a una ardilla. Juro que cuando terminó de comer me guiñó un ojo…pero eso no me lo van a creer.
Rita me instaló en una cabaña al lado del mar, me preparó una ensalada de camarones, me dio agua para el mate y se tumbó en su hamaca. Solo se escucha el mar, y no necesito nada mas para ser feliz.






DINOFLAGELADOS

Esta noche el mar bailó en luces para mi. Un montón de charquitos fosforescentes moviéndose en una sinfonía visual. Cuando pregunté cómo le llamaban al fenómeno me dijeron que dicen que “el mar arde”, y cuando pregunté por qué pasaba, Rita me dijo que “por la sal y la luz que ilumina”, y su esposo, desde la hamaca y el sueño dijo: “Así pasa, no tiene explicación”.
Hay lugares y momentos que me hacen llorar de felicidad, como si con un dedito me empujaran un poquito el corazón. Brindo por ellos.

Sabado 15/6  BOCA DEL CIELO, CHIAPAS

Anoche dormi en una cabaña de madera y paja, claro que sin llaves, con huecos y unas telarañas que preferí no mirar mucho. Tuve un lapsus de miedo urbano, que si me roban, que si me pica algo, que si me come un jaguar; y acto seguido cerré los ojos y dormí 12 horas de corrido, en el descanso mas reparador de, por lo menos el ultimo mes.
Hoy playa, sol,  y a la tarde de nuevo a la carretera.





BOCA DEL CIELO – TONALÁ – TUXLA – PALENQUE

14 horas de viaje que incluyeron lancha, taxi colectivo, esperas en terminales y 2 buses. El viaje Tuxla – Palenque fue terrible. Tan curva y contracurva, tan balanceo, tan ultimo asiento, tan olor a baño, tan frio en los pies, tan menos mal que traje abrigo, tan tengo hambre, tan cuánto falta, tan sale el sol sobre Palenque, tan vale la pena…

Domingo 16/6  PALENQUE, CHIAPAS
DENTRO DE LA JUNGLA

Una cabaña en el Panchan. El suelo y hasta la mitad de cemento y madera, techo de paja, y paredes y cielo raso de mosquitero. Es un poco como estar en un cuarto transparente, donde todo lo que pasa afuera, se ve. Como esas lagartijas que, atraidas por la luz, apoyan sus panzas blancas contra mi casa, y veo latir sus gargantas.
Afuera un arroyo con un lecho de piedras que suenan, el olor mojado de la selva, y verde, verde, verde, y marron, y rojo y amarillo y pedazos de plantas que cuelgan como agua. Todo es un poco agua.
Y todo suena. Todo el tiempo, como esa chicharra.
Hay lagartijas flacas que corren desgarbadas en dos patas, hay muchas mariposas, hay olor a lluvia, no hay aire al mediodía, hay un restaurante y una señora que hace tortas.





Lunes 17/6  PALENQUE , CHIAPAS
RUINAS DE YAXCHILAN Y BONAMPAK

A Yaxchilán, o “lugar de piedras verdes” se llega atravesando las nubes. Literalmente. El primer tramo del viaje es por carretera, entre montañas y selva, al amanecer. Gran parte del camino sucede entre nubes, esas mismas que, desde afuera, se ven cortando las montañas al medio.
Minivan.
Adentro:
·         Mamá cincuentona hippie con hijo veinteañero rasta, argentinos.
·         Mamá – hija chilenas, rubias, buena onda.
·         Pareja mexicanos jubilados
·         Pareja mexicanos que viven en Los Angeles, típicos latinos de serie de policías
·         Chofer, mexicano, Francisco.
·         Yo
Afuera:
·         Las nubes, su interior y su exterior
·         El olor de la selva
·         Los árboles uniéndose por encima de la carretera, formando un túnel verde, de cuento.
·         Las comunidades al costado de la ruta.
·         Un cartel Zapatista, declarando que en ese terreno gobierna el pueblo.
·         Muchos niños
·         Muchas mujeres con los hijos cargados en una tela cruzada al hombro, casi siempre al frente y no a la espalda.
·         Una de estas mujeres con las manos cargando bolsas, su hijo en la tela y la teta afuera, dispuesta y a la espera del hambre del niño.
·         Hombres marrones, de sombrero, bigote y machete.
·         Perros durmiendo impunemente en el medio de la ruta.
·         Selva, selva, selva, selva.

USUMACINTA

El siguiente tramo, hasta Yaxchilán, es en lancha, con Juan, que “es chole pero habla lacandón”, según él mismo se describe.
Vamos por el Usumacinta, que es ancho, marrón, y divide la selva lacandona de México de la selva del petén de Guatemala. La Frontera Corozal se llama, aunque Juan dice que para los Mayas todo era parte de la misma ciudad. El nombre, Usumacinta, suena a magia, y significa algo asi como “Tierra de monos sagrados”, y en él, entre otras muchas criaturas, viven unos cocodrilos enormes como ese gris que vimos en el agua, o el verde con rayas que tomaba sol en la orilla.





YAXCHILAN Y BONAMPAK

Al bajar de la lancha y para llegar a las ruinas hay que caminar un trecho por la selva. Nos recibieron varios monos, saltando en las ramas de arriba y alrededor y tirándonos palos y piedras. Quedó claro que es su territorio y entramos sin contratiempos y con algunas fotos muy national geographic.
También estaban ahí las lagartijas, las mariposas y las hormigas, todas en cantidad y tamaño considerable. Y también mosquitos, y pájaros, y abejas, y chicharras y , según Juan, jaguares, pumas y 14 especies de serpientes. Y el olor… el olor verde de la selva goteante, que provoca todo el tiempo a dejar el grupo e internarse en ella y a la vez asusta con su constante movimiento.
Las ruinas en la selva te dejan atónito. La mezcla de vegetal, roca, musgo y tiempo me golpeó, y ya no pude hacer mas que caminar con la boca abierta de asombro, como en shock, sin retener casi nada de lo que dijo el guía y solo mirar, mirar, mirar. Y sentir. Sentir como el lugar sigue vivo, sentir el ir y venir de la gente por la plaza, y subir y mirar desde arriba, como el sacerdote y como el verdugo y como el decapitado, y entrar al templo del inframundo y esperar a que salga todo el grupo con sus linternas para quedarme sola en la oscuridad y el silencio, y en el aire espeso dejar de estar sola porque ahí estaba todo, solo había que “no-ver” y ver. Ver increíbles bajorrelieves y pinturas, imponentes edificios, y un pájaro carpintero haciendo su casa, y el juego de pelota, y árboles gigantes y un ciempiés…









Martes 18/6 PALENQUE, CHIAPAS
LA FUERZA DE PALENQUE

Cuando llegué a las ruinas de Palenque, desconfié. Tanto kiosko, tanta venta, tanto guía que te persigue, tanto turista con visera. Mmmmmf.
Entré, y el primer grupo de edificios estaban en restauración, llenos de toldos y lonas plásticas azules y gente martillando rítmicamente sobre la roca. Mmmmmf.
A lo lejos, el Palacio se veía imponente, y fui hacia él con mi cara de Mmmmmf. Se puede recorrer casi enteramente por dentro, con sus cuartos y sus salas ceremoniales y sus patios y su torre y sus miradores y sus dinteles y sus murales y sus bajo relieves.
Al principio no me di cuenta, pero al caminar sola por ahí, el Mmmmmf se fue, y una calma un poco solemne apareció en su lugar. Sobre el patio de los guerreros me crucé a una pareja de turistas, y su guía les dijo “miren, una chica maya” y me sonrió. Siguieron su recorrido y yo bajé al patio. A los pocos momentos estaba parada en medio de las figuras de roca y lloraba sin motivo consciente, pero conmovida hasta los huesos. Y así caminé el Palacio. Así Palenque me dio una bofetada con su fuerza, su peso y su magia.
Al rato, José Salazar, artesano y pintor de calendarios local, de unos 60 años, 8 hijos, 20 nietos, me preguntó mi edad y por qué no me había casado y si me quería casar con él, porque en su pueblo se casaban a los 16. Y casi me convierto en una señora maya.

UNA LISTA

·         El olor dulce y cítrico del copal
·         El “Grupo de los Murciélagos”, ruinas en la jungla
·         Miles de escalones
·         La tumba de Pakal en el museo, tan hermosa
·         Las máscaras y estatuillas de jade
·         El nivel de detalle de los incensarios
·         La perfección del dibujo en bajorrelieve de figuras e inscripciones
·         La vista de unos edificios desde los otros
·         Selva y montaña en el camino











CASCADAS DE MIZOL HA Y AGUA AZUL

De nuevo en tour con Francisco, que escucha música romántica y que al probar el mate me dice muy rico de puro amable, porque dio 2 sorbos y no quiso más. De mis amigos de hoy ninguno habla español.
·         Cindy, una australiana simpática que también viaja sola.
·         Alexi, ruso que vive en Alemania, especialista en miniaturas, fabrica microscópicos engranajes para la NASA
·         Matt, un australiano grandote que se rie de todo
·         Katie, inglesa, rubia, maestra de teatro físico en Londres

Visitamos 2 cascadas: Mizol Ha, un salto de agua muy alto y bonito y Agua Azul, que por la lluvia de días anteriores era más bien agua marrón. Conversamos toda la tarde en una mezcla de español, ruso, alemán e inglés, nos reímos bastante y volvimos cansados y felices.






Miercoles 19/6 PALENQUE – VILLA HERMOSA – MEXICO
DEJANDO PALENQUE

Dejé la cabaña en el Panchan al mediodía y fui al pueblo a almorzar, comprar mi pasaje y hacer tiempo caminando por ahí. Palenque me despidió con una tormenta de relámpagos, truenos y agua a baldazos. Mi pasaje, barato y alternativo, incluía sin costo adicional el tour del miedo: a la hora señalada en el ticket, me subieron a un taxi y me llevaron a una terminal alternativa donde me embarcaron en un colectivo modelo ’60, para viajar tres horas hasta Villa Hermosa, Tabasco, donde me embarcarían en el bus “de primera” clase hasta el DF.
El bonito y vintage bus de Turismo “El Principe” (nunca compren ese, nunca) se llovia por todos lados, paraba en todos los pueblitos y ranchadas, patinaba en los charcos e incluía, para el entretenimiento del pasajero, un jovencito que gritaba canciones con una guitarra y pasaba la gorra en pos de su matrícula escolar. Aproveché el sentimiento popular y me compré un CD de grandes éxitos de Los Tigres del Norte.

Jueves 20/6 MEXICO DF
LA DESPEDIDA

Despues de 17 horas de viaje del horror con Turismo El Príncipe (nunca amigos nunca!), llegué a casa de Bárbara y los mates y la conversación y la maravillosa ducha y dejar la mochila y nos fuimos las dos al mercado de Coyoacán y el turismo gastronómico y los tlacoyos y la cecina negra y roja y las tostadas y las aguas y los dulces y el café y las librerías y la conversación y llega Cheryl Sue y más librerías y café y llega Paola y conversación y el camino al aeropuerto y conversación y el aeropuerto y el abrazo y el dulce de leche y guárdalo en la mochila y el abrazo y la risa y el abrazo y gracias, gracias, gracias.







Diario de viaje
Argentina - Bolivia - Perú 2011


Buenos Aires – Salta

2 hs y media de retraso en el vuelo, 2 hs y media de vuelo, 2 y media de la tarde llegue a Salta. Y me tocó ventanilla (de pura suerte). Cuanto hacía que no viajaba en avión, qué pequeños son los aviones de cabotaje. No me acordaba de lo lindas que son las nubes vistas desde arriba, una mezcla de algodón y el hongo que se le hace a la fruta cuando se pudre. El dia anteriora la partida mi casa se llenó de gente y con Anita nos quedamos sin dormir de la ansiedad, asiq el viaje transcurrió entre cabeceos y extrañas sensaciones en la panza (aparte de ser pequeños, los aviones de cabotaje se mueven bastante y te dan a cada rato esa sensacion de montaña rusa). Lo primero que descubri de Salta es que los taxis son muy caros o el alojamiento muy barato. El taxi me costaba lo mismo que el hostel, asiq arranque caminando (y fui la unica chiflada q salio a pie del aeropuerto), pero mi suerte volvió. Lo primero que vi al salir del aeropuerto fue un cartel enorme que decia LIBERTAD (viste Anita?!, parece q es una cadena de supermercados de aca) y conseguí al toque un micro que me dejó a 2 cuadras del hostel, aunque todo lo que tengo de suerte me falta de sentido de orientacion y arranqué caminando al revés. Finalmente encontré el hostel PuestoViejo, elegido a pura intuición entre los que vi en internet. Y me dormí una siesta de 3 horas, más santiagueña que salteña.

Salta es linda, es colonial y es amable. Pasé con el micro por un barrio pobre, una zona industrial, un barrio obrero, un barrio rico y una calle de compraventa donde parece q la gente hubiera abierto su casa y sacado todo afuera. Hay gente muy pobre y gente muy rica, por alguna extraña razon la desigualdad social aumenta con la altura. Hay colores por todos lados. Y hay joda, mucha joda. Salta la linda bien se podria llamar Salta la fiestera. La calle de las peñas es increible, 7 u 8 cuadras de boliches, cantinas, restaurantes, bares, y todos con espectaculos. En su mayoria folklore, aunque hay de todo… en una cuadra esta la peña “Pachamama”, al lado un boliche enorme de musica electrónica, enfrente un bar caretisimo llamado Martini, al lado “Wasabi” sushi lounge y al lado de ese el boliche “Macondo”, un bailable para gente mayor, en fin, una mezcla barbara. Pero lo mas lindo es ver a los folkloristas, con sus mejores trajes típicos, corriendo con el bombo de un bar al otro para hacer su show. (Si hubiera estado Small no lo saco más de acá)

Vi un cantante igual a Guarani, vi una señora rubia con ropa moderna tocando el bombo maravillosamente, revoleando los palillos y todo (una genia total), no conseguí caja coplera, comí las empanadas mas ricas del mundo, me caminé todo buscando humitas y tamales y los pagué carisimos (me salieron los mismoque una parrillada completa). Para recordar: no dar por sentado q las comidas tipicas son baratas.

Sigo con mi suerte, hice todo el paseo con el cielo encapotado y apenas pise el hostel de vuelta se largó a llover. No anda internet, pero eso no es mala suerte, son problemas técnicos. Mañana 10:45 destino: Tilcara.




 





Tilcara


Escribo desde la tierra misma. Tilcara es la tierra tomada por mochileros. Cientos de pibes veinteañeros van y vienen con mochilas gigantes entre cholas que venden empanadas, artesanos, nenitos que te cantan coplas por una moneda y borrachos tilcareños que se bambolean parados en la plaza, llena de puestos de venta que anuncian la cercania de bolivia y sus colores y de gente (de aca y de otros pagos) tocando los más variados instrumentos.

Llegó Luis el domingo y salimos en busca de un lugar para dormir, dos hormiguitas mas entre las muchas que van y vienen con la mochila al hombro preguntando por lugar y precios en cada uno de los lugares que tiene un cartelito: hostels, campings, hoteles, casas de familia, lugares legales, lugares super truchos, carpas en patios de cemento, habitaciones compartidas entre 10 y todo lo que se les pueda ocurrir. En Tilcara cualquier espacio de 2x1 mts es igual a alojamiento. Estabamos a punto de parar en la casa de Don Gregorio, un lugareño que alquila su patio para carpas y varias habitaciones de adobe con piso de cemento alisado, a 20 pesos sin colchon y 25 con colchon (si se le puede llamar asi a una feta de gomaespuma), y pidiendo ayuda al universo para no contraer pulgas ni chagas, cuando en el camino me llamó la atencion un cartelito en una casa: “Habitaciones, patio para carpa, toque la campana”. Y tocamos. Asi terminamos en lo de Naty y Sergio, dos copados que aunque las habitaciones y lugar de carpas estaban llenos, nos dejaron la dormida en el living a 18 pesos. La casa es divina y la gente que para mucha onda. Y la primer noche ya hubo Improviciada en el hostel.  Show acustico que salio super genial y pasamos la gorra. Esa primer noche dormimos en el piso con almohadones y nos anotamos en la lista interminable para bañarse, pero con agua caliente, un lujo.

Lunes a conocer el lugar. A la mañana el Pucará, un fuerte de los pueblos originarios, anteriores a la dominacion Inca, situado arriba de la montaña, en un lugar estratégico porque desde ahí se ve para todos lados. No les puedo describir la vista que hay desde ese lugar: montañas de distintos colores a 360 grados. Te deja con la boca abierta (las fotos del Pucará probablemente sean las ultimas, porq mi camara de fotos se apunó y no quiere andar mas). A la tarde Luis se quedó en La Rosa (nuestro querido hostel) y yo me enganché en una expedición hasta las cuevas, con uno de los chicos del hostel y 3 cordobesas muy copadas (que prometieron pasarme las fotos dado el fallecimiento de mi camara). 6 horas de caminata por la montaña (entre ida y vuelta) escalando y subiendo y bajando, caminando por precipicios que daban miedo y con un apunamiento que a la ida pensé que me moría. Pero no me morí, y llegué a las grutas, unas cuevas naturales en la cima de un cerro con muchos recovecos y donde los guias dejan velas encendidas para marcar el camino en la oscuridad, cosa que les da un aire de misterio y misticismo que, despues de semejante caminata y mucha taquicardia te deja entre aturdido y en trance. A las cuevas se entra por un lado y se sale por el otro lado de la montaña y al salir… al salir!!! Uno comprende para qué el esfuerzo de la subida. El paisaje es completamente abrumador, y el silencio y la paz del lugar casi te marean. Montañas y montañas y montañas de colores, y nubes entre las montañas y cardones gigantes que parecen centinelas del tiempo, que  te miran al pasar. Esperaremos ansiosos las fotos de las cordo, porque este paisaje tampoco se puede describir.

Llegué al hostel ya de noche, creyendo que me desmayaba y con una contractura que me provoco un dolor de cabeza insoportable, y me esperaba Luis para decirme que tenemos otro show (hoy, dentro de un rato), en el bar El Duende, del Pucará. Asique ahí decidí que mi vida de hippie y dormidas en el piso habia terminado, y me pasé a una habitación compartida. El valor de un colchon aumenta indefinidamente despues de dormir una noche en un piso de lajas, y hoy me siento como nueva. Tilcara continuará mientras haya trabajo, pero ahora abandono la escritura porque el chef Small me avisa que está la ensalada de papa, huevo y atún, manjar de la montaña.

Me compré caja coplera!!! encontre un guitarrista que me mandó a una casa de un lugareño que las hace y la pagué 60 pesitos!!!. está tan recien hecha que todavia huele a cabra muerta.
Despues de las funciones en el hostel, conseguimos una en Punto y Coma, una librería – café con un patio con escenario, sonido y luces. La primera funcion salio tan bien que nos pidieron que hagamos una al otro dia. Fueron buenas gorras, la gente del lugar muy copada y el lugar se llenó, con público de otras provincias y otros paises.

Durante los ultimos dias en Tilcara descansé, fui de guitarreada a la plaza con las amigas cordobesas y volanteé. Los ultimos dos dias estuvieron Chapi y Santi, hermosos y divertidos. Hicimos caminata al Pucará, mates de siesta, compras en la plaza y comilonas. Ya los extraño.
Mañana hay un festival de reggae y Tilcara se llenó de pibes tomando y gritando en la calle. Parece Villa Gesell. Nos vamos. Después de 5 días y 4 funciones, nos despedimos de Sergio, Naty y el resto de la gente de La Rosa y prometimos volver.


Ahora son las 3.30 del sábado 14 y esperamos el micro a la Quiaca. 3 hs y media de viaje y cruzamos a Bolivia. Enfrente mio, en la terminal de Tilcara, hay un pasacalle que dice “Concretar en tu vida una experiencia hermosa depende de ti”. No llego a leer quién lo dice.










IMPROVICIADA en Hostel La Rosa

IMPROVICIADA en Libreria café Punto y Coma, Tilcara







Bolivia

10 minutos en La Quiaca, 4 horas pasando la frontera (desde las 7 de la mañana). Llegamos a Villazón y conseguimos los pasajes a Potosí para la noche. Los micros son nuestra cama desde ayer y por varios días más. La almohadita que me regaló mamá me está salvando las cervicales). De bañarse ni hablar. Villazón en general es sucio, incómodo y bastante triste. Es pueblo de frontera y su máxima atracción son los precios bajos, asique nos dedicamos casi todo el dia a mirar, regatear y comprar lo que podíamos cargar (creo que yo un poco más, ahora parezco un equeco). La gente vende comida y come en la calle, pero después de ver la carne y la fritanga al sol toda la mañana, salimos a buscar un restaurante. Comimos en uno que se supone es muy fino, con un menú de 8 pesos y de postre gelatina. Y a dormir a la plaza, sobre mi agüallo nuevo.

En Villazón no hay agua, asique ir al baño es una odisea y una prueba de coraje, y cuesta 1 boliviano, como en toda Bolivia.

Algunas imágenes lindas (contadas, porq a la gente no le gusta que le saquen fotos): La plaza, que es limpia y bonita. Las cholas con los hijos en la espalda, las que hacen y venden jugo de naranja en la calle, las que tejen o hilan sentadas en el piso, con pequeñas ruecas de madera. Los colores de las ropas.

Pero Villazón nos dejó más que nada una sensación de tristeza, es un lugar dedicado al consumo y marcado por la pobreza..

Villazón-Potosí-Oruro-La Paz

11 horas en el micro a Potosí, sin baño, sin comida y apunada, por caminos de ripio con unos precipicios que dan miedo. Paramos a la madrugada en un pueblito del cual no supe el nombre, pasando Tupiza, donde había baño (pagando 1 boliviano, por supuesto) y muchos puestitos de comida que no inspiraban confianza, asique los evitamos y seguimos con nuestra dieta base en Bolivia: galletitas. En el pueblito este los carteles de los hospedajes no hablan sobre los baños o las habitaciones, sino que avisan que el seguro de vida está incluido en los gastos. Imaginense.

A las 5 de la mañana del domingo 16 llegamos a Potosí, con hambre y cansancio y cambiamos de plan. La idea original era dormir en el micro, pasar el dia conociendo Potosí y a la noche salir para La Paz, pero como en el micro no dormimos casi nada (sobre todo yo, que estoy resfriada y la altura me apuna y me hincha terriblemente los pies), decidimos dejar Potosí para otra vez y adelantar el viaje a La Paz, a ver si en este podemos dormir un poco más. Hay que ir hasta Oruro (5 horas hasta ahí) y después otro micro y 4 horas más hasta La Paz. Averiguando esto conocimos una pareja de salteños que van para el mismo lado, y quedamos en buscar alojamiento juntos.

El viaje a Oruro es de dia y por asfalto, asique pude dormir un buen rato y después mirar el paisaje. Cerros y cerros y más cerros, cada tanto un rio semi seco y mini pueblitos donde las casitas se confunden con el cerro, por estar hechas de la misma tierra. Y, a veces, la gente también.

El viaje a La Paz me lo dormi casi todo, y después de algo de 36 horas de vivir en micros y terminales, finalmente conseguimos una cama! En La Paz encontramos un hostel y sacamos habitación de a 4 junto con los salteños, baratita y con baño privado. Y en este momento estoy por ir a darme la primer ducha (caliente además) en casi 3 dias. Hoy descanso en un colchon y mañana salimos para Copacabana.

La Quiaca -Villazón






Potosí - La Paz




Después de la ducha en La Paz comimos una pizza riquisima (¡!) en un restaurante lindo, para turistas, al lado del hostel y a dormir tempranito para aprovechar la cama. Nos levantamos a las 8 y comimos un desayuno que se llama Yungueño: jugo de naranja, lomo, huevo frito, papas fritas y plátano frito, todo eso a las 10 de la mañana! Y a pasear un ratito, mientras buscabamos una casa de cambio.


La Paz está lleno de turistas extranjeros, muchos europeos, brasileros, argentinos, y por lo menos un canadiense, al que le ayudamos a pedir el desayuno porque viaja solo y no habla español. Contra mi pronóstico, el señor canadiense no conocía el Match de Improvisación.

El tránsito en La Paz es un caos total, no hay semáforos, todos tocan bocina todo el tiempo, y las veredas son muy finitas y llenas de puestos de venta, asique la gente camina por la calle y se corre hacia el cordón al oír los bocinazos. Las calles son todas subidas y bajadas muy pronunciadas y no son derechas, sino que corren en desorden doblando y subiendo y bajando, con lo cual es muy fácil perderse (yo no salí sola, imaginense con mi cabeza acostumbrada a la cuadrícula platense). Visité la Iglesia de San Francisco, toda tallada en piedra, y la Calle de las Brujas, que son unas cuantas cuadras de puestos de venta de artesanías en tela y plata, frutas, y unos puestitos mezcla de herboristería y santería atendidos por cholas viejas, donde se venden amuletos, plantas medicinales y sagradas, animales disecados, ungüentos y artículos de brujería. Imagino que estos puestitos son los que dan nombre a la calle.

En La Paz logré averigüar por qué algunas mujeres son cholas y otras no. Las cholas trabajan y toman alcohol a la par de los hombres, andan solas de noche, van solas a los bares y son rudas como hombres. Parece que las cholas son las mujeres que vienen del campo, la clase campesina. Si sus hijas se crían en el campo serán cholas, pero si crecen en la ciudad probablemente adoptarán la vestimenta y las costumbres urbanas-modernas. No se dejan sacar fotos, asique es difícil que pueda subir una imagen, pero su vestimenta es alucinante: sombrero, trenzas largas unidas por pompones en la espalda, saquito de lana, polleras con tablas y volados, medias y sandalias, siempre con ropa superpuesta y muy abrigadas, y si trasladan cosas o hijos es con un agüallo en la espalda. Me queda por averiguar cómo sostienen los sombreritos, mezcla de bombin y sombrero de copa, algunos más altos que otros, ya que van en lo más alto de la cabeza, apenas apoyados en la mollera, y sin embargo nunca se les caen o vuelan. Small dice que tienen la cabeza a rosca.

La Paz


 Copacabana


Copacabana es increíblemente hermosa. El lago Titicaca entre las montañas, un puerto pequeño y una ciudad pequeña también, con construcciones antiguas y callecitas de piedra. El camino en micro desde La Paz rodea todo el lago y se mete entre la montaña. En un momento te hacen bajar del micro y dejar todas las cosas adentro para cruzar un brazo del lago. El micro cruza en una balsa de madera (cada balsa lleva sólo un micro), y la gente en lancha. Del otro lado se vuelve a subir al micro y hay 20 minutos más de viaje entre las montañas, con unas vistas increíbles.

Nos alojamos en el hotel de Sonia, una boliviana que atiende ella misma junto con sus hijos, y nos dio una habitación doble con baño privado por 30 bolivianos cada uno. El hotel tiene una terraza desde donde se ve toda Copacabana y el atardecer en el lago y las montañas.

A la noche salimos al centro y conocimos al Chino, un argentino que vino a hacer una temporada y se quedó (está lleno de argentinos, haciendo turismo o trabajando), y él nos indicó varios lugares donde ofrecer el show. Copacabana es super turístico, más limpio y lleno de bares y restaurantes y hoteles. Comimos unos pinchos de corazón de vaca con papa asada que hacia una cholita vieja en la calle, una cervecita y a dormir tempranito, que mañana hay que buscar lugares para trabajar.

Nos levantamos temprano y salimos a ver lugares para Improviciada. Luis consiguió trabajo fijo de volantero y camarero en un restaurante y salieron 2 posibles funciones en dos restaurantes chiquitos, las dos a la gorra. Conocimos la Casa del Sol y la Luna, un hospedaje ecológico a orillas del lago con comida vegetariana, huerta orgánica y duchas solares. La dueña, una boliviana muy mística que se llama Libertad, nos recibió con te de coca y nos invitó a participar de un evento ecológico que se hace el fin de semana.

Comí una trucha recien pescada frente al lago y más tarde estuve mal de la panza (seguramente por la cantidad de frito, aca todo es frito), y estuve pensando en hacer los 2 shows programados, visitar la isla del sol y seguir viaje a Perú, esta vez sola porque Luis está contento con su nuevo trabajo y prefiere quedarse acá. Los lugares para el show son muy chiquitos y no tienen escenario, y los trabajos fijos pagan poco porque aca todo es barato asique prefiero probar suerte en Cuzco y si no, seguir para Lima. Veremos qué pasa después de las funciones.
Funciones suspendidas por falta de espacio (no tenia ni donde pararme). En Bolivia no hay arte escenico, no vi un solo escenario ni un teatro en todo el país, la gente tampoco hace musica (la gente que vi tocando en la calle o los bares eran siempre extranjeros). El arte se limita al tejido y la plateria. Los lugares no estan preparados para hacer teatro y tampoco tienen demasiado interes en que se haga. Los paisajes son lindos, pero la gente es dificil, a los extranjeros nos mienten mucho, no nos tratan bien y no se tratan bien a ellos mismos, hay mucho alcohol y cocaína. Los nenes trabajan todo el dia (creo que vi solo a dos jugando en todo el viaje), y la comida me hace mal! Mañana paso el dia en la Isla del Sol y a la nochecita salgo para Cuzco. Finalmente voy sola, Luis se queda aca con su trabajo y si hay mejor trabajo alla le aviso para que vaya. Dicen que la Isla del Sol es lo más lindo que voy a ver en este país.

Copacabana

el cruce del Titicaca para llegar

 la vista desde el hotel


 el puerto

Isla del Sol


La Isla del Sol es hermosa. A 2 horas en una lancha-colectivito desde Copacabana hay un pedazo del paraíso. Fui en un dia de sol alucinante, bastante dormida porque eran las 7 de la mañana y habia dormido poco (a la madrugada habia ruidos raros en el hotel y alguien subia y bajaba la escalera, una secuencia muuuuy rara, tanto que pasamos por la hipótesis del borracho, el ladrón y el fantasma, y finalmente trabamos la puerta con una de las camas), con mucha ropa en capas, de la malla a la campera, agua y galletitas. La lancha (ese viaje fui adentro) te lleva hasta la parte norte, donde está la Roca Sagrada (Wiracocha), una cara dibujada por las líneas de la piedra, que el guía Aymara te muestra usando le reflejo del sol en un espejito redondo a modo de puntero; un laberinto de piedra, ruinas preincaicas q se llaman Chincana; y la mesa sagrada, donde un chaman Aymara explica una ceremonia de bendición y ofrece a los turistas una bendicion personal a cambio de unos bolivianos a voluntad. El guía tambien trabajaba “a voluntad” (dijo: una colaboración a voluntad de 10 bolivianos).

Eso es como 1 hora da caminata con unas vistas increíbles, al volver se vuelve a la lancha (ahora me subí a la ¿proa?, adelante por fuera, tomando sol cual yate privado) que te lleva en media hora al lado sur de la isla, donde la comunidad nativa (no me puedo acordar el nombre) te cobra 5 bolivianos en el muelle, antes de que pises la tierra, y hay una escalera altiiiisima de piedra resguardada por una pareja de figuras gigantes y coloridas (¿el inca y …? ¿el sol y la luna?, acá nadie te explica nada, son mucho mas recios q en el norte), que va a una casacada. Esa no la subí, subí a un costadito a tomar unos mates con dos argentinas, y un hombre del lugar, al preguntarle cuantos eran en la comunidad, nos dijo q en la “lista” solo figuran los hombres y los niños (supongo que varones). Una hora ahí y a volver en la lancha (esta vez en el techo, me faltó ir nadando abajo).

La isla Norte es de piedra árida, de tierra, y tiene playa con arena finita, que con el azul del Titicaca parece recortada del Caribe; la isla Sur es más verde, de plantas, y tiene playa de piedra dura. En la isla se puede acampar, hay hoteles (algunos super de lujo) y hostel, y me queda pendiente ver el cielo de noche en ese lugar, porque ya tenía pasaje para Cusco. 5 y media de la tarde estaba de vuelta y 6 y media estaba en el micro a Cusco, previo abrazo de hermanos con Small… el Pequeño Luis, que se queda a romperla en Copacabana. Pronto nos veremos en algun camino.










Copacabana-Puno-Cusco


Este viaje fue bien Bolivia, asi como para despedirnos. El pasaje era un recibo de esos que se compran en la librería. Me vendieron semicama y un cambio de vehículo en Puno. Por supesto nada era tan asi. El primer viaje era hasta la frontera de Bolivia en una mini mini van (de esas tipo pan lactal), con filas de 3 asientos y un asiento mas por fila que se despliega al cerrar la puerta. No queda espacio ni para respirar. La mochila grande atada en el techo (vas todo el viaje preguntandote si estará ahí al llegar), y yo adentro, con la otra mochila, un bolso y la caja coplera (me saqué la campera en un verdadero acto de contorsionismo). Al subir, Palermo, un boliviano gigante y oscuro, encargado del grupo de pasajeros, nos pidió el recibo, nos dejó sin ningún comprobante de viaje y dijo que nos veía en la frontera, con otro bus.

Frontera de salida de Bolivia. Bajar las mochilas del techo, hacer el trámite de migración, comprar galletitas, caminar con todo 2 cuadras hasta la entrada a Perú.

Frontera de entrada a Perú. Hacer el trámite de migra, subir las mochilas al techo de una traffic (los vehículos iban creciendo de a poquito, el tiempo de viaje tambien), cambiar bolivianos por soles. Subir a la traffic. Palermo (reapareciendo) dice que viajamos en traffic 2 horas hasta Puno y que nos espera allá con otro bus. (No sabemos en qué viaja Palermo, sospecho algún superpoder, desaparece y reaparece en los lugares de llegada). En el viaje, tormenta. Las mochilas en el techo, yo en el ultimo asiento, no reclinable. Al lado tres catalanas divertidas y fumadoras que bajan a fumar conmigo y charlamos. Me sumo para buscar hostel en Cusco (el alojamiento sola es mas caro y no hay a quien dejarle la mochila mientras se busca).

Terminal de Puno. Palermo nos espera para darnos los pasajes a Cusco, presentarnos el micro, sin baño y apenas reclinable (olvidate del semicama, 12 horas de viaje por delante), y despedirse (lo imaginé levantando vuelo con un brazo hacia arriba, cual superman boliviano, con capa de agüallo), no sin antes arruinarme los planes: por la fatal falta de 3 asientos, mandó a las catalanas a otro bus, y nunca más las volví a ver. La ultima imagen del micro es mi cena: por los problemas con el jamón y el queso y la cadena de frio (inexistente), mi vianda era un sandwich de palta, tomate, pepino, lechuga y mayonesa en una bolsa de nylon, que en los cambios de vehiculo y el amontonamiento, se convirtió en un puré líquido. Esperé a que apagaran las luces de micro y comi el pastiche con las manos y chupando el final del interior de la bolsa. Adiós Bolivia mía.

12 horas después, con de 6 horas dormidas en 2 dias, la terminal de Cusco. De las catalanas ni noticias. El alojamiento sola (la gente q ofrece hostel y hoteles se acerca como moscas a la llegada del micro) carisimo. Decido ir al centro y buscar. Me acerco para compartir taxi a dos chilenos, Alan y Cristian, (previa charla de 2 minutos en Copacabana, en el “bar de Luis”, + charla graciosa en la subida al micro a Cusco con motivo de mi exagerada carga) y termino buscando y compartiendo hostel también, (y más tarde planes y excursiones y fotos y amistad instantánea de viajeros, entre pisco y fernet).

Enamorada de Cusco

Cusco quiere decir, en quechua, “Ombligo del Mundo”. Y bien merecido que lo tiene. Fue la capital del pueblo Inca y es, sin dudas, el lugar más hermoso que visité hasta ahora. La ciudad tiene construcciones antiquísimas, de la época de la conquista, y callecitas de piedra angostas, con balcones que casi se tocan de una a otra vereda. La Plaza de Armas (principal) está llena de flores y palomas y gente, y de fondo las montañas. Alrededor, bares, locales, restaurantes y, por supuesto, muchos balcones de madera preciosamente trabajados.

El primer día fue de recorrida y organización. La oficina de turismo, para ver los lugares que se pueden visitar, y el mercado, donde me habían dicho que se come bien y barato, un punto crucial después de las complicaciones alimentarias de Bolivia.

El mercado es un galpón gigante dividido en sectores de puestos, con carteles que cuelgan del techo como en los hipermercados, indicando dónde está la comida, el pan, la fruta, los jugos, la artesanía, las semillas, la carne, los dulces, etc, etc, etc. El menú con sopa y plato principal cuesta 3.5 soles y se come en unas barritas con bancos largos, donde las señoras te sirven la comida directamente de la olla. Comimos sopa de chuño y compartimos 2 platos entre los 3, un saltado de carne con arroz y un bife con lentejas. De bebida y postre, un jugo combinado riquisimo 8combinado es que le ponen todas las frutas que hay en el puesto). Con la panza llena y el corazon contento nos sentamos en el balconcito de un café a planificar. Después de sacar cuentas decidí no liquidar mi presupuesto en Machu Pichu (vale 180 dólares!), pero sí visitar el Valle Sagrado, una excursión de todo el día por los pueblos y ruinas de alrededor de Cusco. Ducha, mates con argentinos en el hotel, pizza y pisco sour. Recorrida de reconocimiento nocturno, y mi olfato nos llevó hasta un bar de reggae (el primero que encuentro en el viaje), con onda y música en vivo. Más pisco. En el camino unas chicas me conocieron por el Match (¡).



 la Catedral

 desde la Catedral
 el Mercado

 Llueve en Cusco
 Planificacion
 Plaza de Armas
 San Pedro


El Valle Sagrado del Cusco


Esta parte del diario tendrá mas fotos que palabras. Puedo contar que salimos a las 9, despues de iniciar a dos chilenos en el arte de tomar mate, en un micro que recorre 4 puntos de ruinas y mercados y pueblos: Pisaq, Calca, Ollantaytambo y Chinchero. Puedo contar que la guia se llamaba Jackie, que tenía una voz nasal y monocorde, y que nos reímos muchos porque a cada rato, para llamarnos, decía “el grupo de Jackieeee” y nosotros lo repetíamos tapandonos la nariz (mi imitación era perfecta, ya les mostraré a la vuelta). Puedo contar que comi el choclo con los granos más gigantes que haya visto jamás. Puedo contar que paramos en un tenedor libre de comidas típicas y comimos de todo, mención de honor para el estofado de alpaca, el pollo frito y las bananas fritas (para los chicos tambien el rocoto, para mi muy picante). Puedo contar que ví ruinas , montañas, mujeres con ropa típica, 2 mercados de artesanías, 1 iglesia, muchas terrazas (no de casas, sino de cultivo en la montaña), 1 cementerio Inca, un templo gigante sin terminar, muchisimos escalones, tanta piedra como vegetación, 1 rio, 1 laguna a 3900 mts sobre el mar, una cara Inca en la montaña, lluvia por un rato, cactus y flores entre la piedra. No puedo contar la sensación que trasmiten estos lugares. Uno no se da cuenta pero va juntando emoción, y llega al último lugar con el corazón abierto. En Chichero, despues de la visita turíastica, donde las mujeres del lugar muestran cómo tiñen, hilan y tejen con técnicas ancestrales, vestidos típicos y discursos escritos por algún agente de viajes, me senté sola a mirar el atardecer en la montaña y se me reventó el pecho. Agradecí haber llegado hasta ahí, pedí volver y lloré un rato de felicidad. Y había que volver al mundo y al micro y a la ciudad, con poesia chilena y el corazón y el alma y la piel en carne viva.
Pisaq








Ollantaytambo








Chinchero
 alacena
 calle
casa
 mujeres que hilan
 lanas
 mujer de espaldas
 mujeres que tiñen
 papa y maiz
 techos
choclo sagrado

De nuevo en Cusco


La primer noche fue de Pisco, la segunda de Fernet. Completando el intercambio etilico argentina-chile, y de despedida, a la mañana siguiente chile parte hacia Machu Pichu y argentina sigue en Cusco. En el hotel me dan habitación sola por 20 soles (baratísimo, es un hotel, con toallas y todo), asi nomás, por mi buena suerte o mi sonrisa amigable. El primer dia sola en Cusco duermo mucho, desayuno ceviche y jugo en el mercado y escribo, y escribo, y escribo. Llueve y me quedo adentro. El hotel se llama Choquekiraw, y lo atiende una pareja de gente mayor, Berta y Abelardo. Berta organiza las habitaciones y Abelardo se las cambia, entonces Berta le dice despacito: Aaayyy Abelaaaardoo...
En estos dias me dediqué a sacar fotos, y a caminar por las callecitas de Cusco, saliéndome del centro y la Plaza de Armas. Llovió de a ratos todos los dias y encontré una feria de libros usados y ediciones baratas, donde estuve horas mirando y al fin me compré Espejos, de Galeano, en edicion de bolsillo. Mi nueva piecita es como la buhardilla del hotel (es muy graciosa, bonita y escondida, arriba de todo), tiene una ventana desde donde veo la montaña y todo el silencio que necesito para leer, escribir y colgarme a elegir fotos y ponerles nombre.

Dias de Contemplación
1 ventana en el 234

 afligidos

asiento

barcito

bellas artes

más bellas artes

bronce en la vereda

coca shop

columna

medianera

desde mi ventana

el 680

calle 7 angelitos

fuente encendida

fuerza K (!?!)

gigante

JA!

la puerta azul

luz geométrica

madera y mosaico

merengue en la calle

muro inca en la ciudad

Pachakuteq

perros

plaza geométrica

plazoleta silenciosa

porcelanas

niño agarracámaras

se prohiben los camiones

puerta con ángeles

puerta con felinos

puerta con leones

puerta geométrica

reja y vasijas

señora inca-cash

trilingüe

vieja y azul

tranvía

Algunas Cosas

  • Abelardo rescató mi celular, que olvidé bajo la almohada en la pieza anterior. Riéndose, me dijo que le debía una caja de cervezas. En lugar de las cervezas, le regalé El Túnel de Sábato y La Mala Hora de García Márquez, en edición de bolsillo. Ahora me sonríe todas las mañanas.
  • La gente me pregunta si soy de España o de Argentina (sobre todo cuando uso las calzas de Raimundo).
  • Hay muchos taxis chiquititos.
  • En la calle te ofrecen pinturas (en lámina) y dijes de plata a razón de dos vendedores por minuto. Ah! y masajes también.
  • A la noche hay cigarreras: señoras cholas con un estante de madera colgado al cuello, con cigarros y golosinas. Los cigarros los cobran el doble.
  • Las calles cambian de nombre cada dos o tres cuadras. A veces cada una cuadra.
  • Al menos en esta época, hay siempre unas nubes negras posadas en la montaña. Y de a ratos vienen y llueve.
  • En el centro hay muchos policias, pero nunca los vi hacer otra cosa que caminar, dar indicaciones y dirigir el tránsito. En general, cuando se les pregunta algo, sonrien. Hay unos que se llaman Policía de Turismo. No sé para qué están.
  • La plaza es un buen lugar para escribir.
  • Después de pasar por 3 o 4 marcas de cigarrillos, estoy fumando Pall Mall.
  • Creo que soy la única que vino hasta acá y no va al Macchu Picchu.
  • Hay unos locales que son casa de cambio de moneda, agencia de viajes, kiosko y regalería. Todo en uno. Algunos también tienen internet.
  • Hoy pensé en mi abuela Ofelia. Precursora de las memorias y la mirada de asombro.
  • Hay una cadena de hamburgueserías que se llama Bembos. Igualita a McDonalds, pero peruana.
  • Comentario para mi papá: acá comen huevo frito a toda hora.
  • Está lleno de argentinos. Le siguen los chilenos, los brasileros y los europeos, que son todos rubios.
  • De golpe hace calor, y de golpe mucho frío. Hay que andar con capas, como una cebolla.

Huachuma. Planta Sagrada
Cuatro guerreros de distintas tierras caminan hacia la montaña. Un heredero de la roca, un mago del camino, un observador de los hombres y una mujer libre.
Cuatro guerreros se sientan dentro de la piedra y entran a otro mundo.
La mujer libre tiene ardua lucha con su cuerpo. Es tarea individual y al mismo tiempo es bueno que no esté sola. Hay una mano abierta y una sonrisa en la subida, y el olor de una hoja de eucalipto.
Y el frío de la roca y el agua subterránea corriendo bajo los pies y sentir el fondo del océano en una caverna.
Y los temblores y el frío y el pecho que revienta.
Y la cima. Y el llanto incontenible de una mujer y de todas las mujeres. La angustia y la felicidad de poder dar vida y amar incondicionalmente. Y el alivio del cuerpo. Y la danza del fuego de las mujeres guerreras. Sensaciones que no caben en el cuerpo.
Y entrar en la roca y en lo masculino. Y ser invitada en un mundo de hombres. Y entrar en las cuevas con una polilla, y verla y olerla quemarse en el fuego. Y ofrendar tabaco a los guardianes de la piedra. Y salir de las cuevas con el cuerpo y entrar con la mente, y ser una luz zumbante que las recorre.
Y sentir los hijos alrededor, abrazados. Y brindarles calor, consuelo y alimento.
Y entrar en el bosque y reconocerlo. Y hablar con el árbol y ser un ser del bosque y tener manos de árbol. Y la mujer manos de árbol que irradia calor de madera viendo la danza del bosque que es sólo para ella. Y oler que viene la lluvia y salir del bosque y saludar y correr.
Y la mujer tiene una cara que va y viene.
Y los guerreros bajan juntos. un heredero de la roca, un mago del camino, un observador de los hombres y una mujer libre, entran riendo a Babilonia.
Soy una mujer libre.
Mi nombre es Munay.

Lima
24 horas de micro y estoy en un hostel en Lima. Ducha y paseo con dos argentinas y un español, al parque de las aguas. Y viene mi cumpleaños, los 31.








Lima me recibió muy bien. A horas de llegar ya me había duchado, paseado, comido un menú con ensalada, milanesa, papas fritas y jugo de maracuyá, y paseado por uno de los lugares más lindos de Lima, el parque de las aguas. En el hostel hay 2 argentinas con mate y buena onda, y apenas me conecté a internet (donde encontré muchos y hermosos saludos de cumpleaños, hasta una versión del feliz cumpleaños especialmente grabada para mi en Chile), apareció Sergio Paris, argentino, con muchos años vivendo aca y director de Ketó, una de las 2 grandes compañías de improvisación de Lima, que el sábado a la noche, ya empezado mi cumpleaños nos llevó a mí y a una de las chicas del hostel, a Juanito, el bar más emblemático de Barranco, a tomar pisco y conversar, y que, aún antes de conocerme personalmente, me invitó a formar parte de su espectáculo de impro.
El domingo, cumpliendo 31, almorcé en Miraflores con Ayelén (del hostel), super dia de playa y sol y a ver el estreno de Ketó, el espectáculo donde estaré el miércoles y, si todo va bien, todos los miércoles que vendrán. El show es un formato de juegos, con 10 jugadores, un juez, un presentador, un músico y 3 rondas de impro donde los jugadores se mezclan y suman puntajes individuales. El lugar es una sala café-concert, llamada Satchmo, con capacidad para 200 personas, linda y muy bien equipada. 
De ahi, a comer y tomar unas cervezas con parte del elenco y a encontrarme con George, peruano cienasta que estudia en Argentina, simpático y buenazo, que prometió llevarme a conocer lugares típicos, a comer ceviche, a conocer a su familia y hacerme contacto en 2 canales de televisión. Estaba con un amigo cheff, y hablamos mucho rato de las comidas de Perú y de Argentina (no saben cómo se extraña la carne).

Miraflores es medio Miami, pero en Perú. Super turístico y cosmopolita, está diseñado hasta el más mínimo detalle. Las playas estan llenas de surfers y las calles llenas de turistas con dinero. Hay shoppings gigantes con todas las grandes marcas y casinos con marquesinas super luminosas. Se mezclan los grandes restaurantes con los bolichitos de menú de 7 soles, y las señoras rubias y enjoyadas con los surfers de rastas desteñidas. Es un lindo lugar para pasear, no comprar y un buen lugar para trabajar. La mística y lo espiritual quedaron en Cusco.

Playas de Miraflores


Almuerzo de cumpleaños

Ketó Impro en el Satchmo


Gente buena y gente mala
Celeste, mi (supuesta) amiga que me dijo "venite a Lima" hace un mes, responde asi a mi aviso de llegada: "Hola Mari, la verdad es que estoy cien por cien enfocada en mi viaje a full, viviendo un momento muy profundo, y sinceramente no tengo ganas de verte, no es tiempo. Hace tu viaje.
Mucha suerte ..." (textual)
Hay gente que es mala...
Mientras tanto, muchos acá que recién me conocen me reciben bien y me ofrecen desinteresada ayuda, y desde allá, mi familia y amigos me mandan apoyo y amor. Por suerte hay más gente que es buena...

Días difíciles
El estreno con Ketó estuvo muy bien. Alrededor de 200 personas en el público, mis compañeros me recibieron super bien, y el público también. Me sentí cómoda y pude lucir mi juego. El público me aceptó de maravillas (cosa que no es fácil, según dice Paris, el director). Y ese rato me sentí bien.
Hasta ahí las buenas noticias...
Me gustaría que este diario fuera siempre divertido y alegre, pero creo que ante todo tiene que ser sincero.
Después de lo que pasó con Celeste (y a pesar de todas las demostraciones de afecto que recibí desde Argentina), mi ánimo no volvió a ser el mismo, y me golpeé de cabeza contra mi realidad en este lugar. Así como en argentina (o más), es muy difícil conseguir trabajo sin recomendación, aunque estoy inundando la ciudad y la internet de currículums, no consigo ni de volantera. Los lugares para el unipersonal están aún más difíciles (salvo que seas famosa en Perú), y aunque con Ketó empecé muy bien, somos 14 en el elenco, y querer vivir sólo de eso sería como querer vivir sólo del Match.
La agencia de publicidad con la que había contactado, y que tanta bienvenida me dio por mail, ahora no atiende mis llamados, en la playa no se puede vender nada sin un permiso que sólo le dan a los peruanos, y me estoy gastando en alojamiento y comida la reserva que tenía para volver. Acá estoy, pobre y extranjera.
Mi familia me ofrece desde allá la plata para volver, pero cumplí 31 años y éste era supuestamente un viaje hacia mi independencia, a encontrar un camino propio.
¿Creí que podía más de lo que puedo?
¿Leí mal las señales que me parecían buenas?
¿Me seguirá a cualquier parte y en todo tiempo la imposibilidad de vivir de lo que amo?
Hoy soy un mar de dudas y frustración.
Me siento frente al Pacífico y le pido y le pregunto qué tengo que hacer, pero todavía no me habla. Y aunque sigo encontrando gente que quiere ayudarme, los caminos se cortan.
Y entonces me pongo a extrañar. A todos los que están allá, a Luis, que anda por Ecuador, a los amigos nuevos que encontré y dejé en el camino, al hermoso Cusco. Hasta extraño Villa Gesell.
Sé que es un tiempo. Que, o las cosas cambian y vuelvo a escribir con alegría y a sacar fotos, o vuelvo a la Argentina a empezar de cero. Pero elijo también compartir estos días difíciles, porque son parte del todo.
Que gire la moneda.
Que cambie la marea.  

Compensando
Para contrarrestar tanta pálida, acá van algunas fotos de la función con Ketó, éxito de todos y orgullo personal.














Confiar, aprender, agradecer.
Aaayyy, ansiedad. Ansiedad que convertiste un diario de viaje en un diario íntimo...
Cambia la sensación, cambia la realidad. En ese orden.
Un día de buenas propuestas, gente linda, buenas respuestas, buenos consejos y entrenamiento de impro.
Mi trabajo es jugar historias. Mi trabajo es jugar mi historia.
Confiar, aprender, agradecer.

Retomando
Después de haber trabajado un día como telemarketer, y haber hecho entrevistas para 2 restaurantes, 1 tienda de ropa para bebés, 1 tienda de ropa para niños, 1 zapatería y 1 casino, al fin tengo un trabajo part time. 11 a 17, como recepcionista (acá se llama anfitriona) en un restaurante en el Club Regatas de Chorrillos, trabajo de hablar con la gente y veo un pedazo de mar.  5 soles en la billetera (y en la vida), que es como tener 10 pesos argentinos. Y la panza llena. Sin lujos, sin caprichos, con gente generosa y pequeños regalos del destino, como la porción de torta de chocolate que por aplastamiento salió de la venta y entró en mi estómago en mi primer día de trabajo.
El teatro sigue super bien, sigo los miercoles con Ketó, Paris me ofreció un taller en Ketó, y el jueves tengo mi primer presentación del unipersonal en un Varieté.
Alquilé un cuarto para mi sola, en una casa de familia, donde viven Isabel y Carmen, y estoy aprendiendo a hablar en Peruano. He aqui mi pequeño diccionario:

  • Chambear = laburar
  • El Pata = el chabón
  • Mi pata = amigo
  • Paja, mostro, chévere = que está bueno
  • Vacilar, cochinear (a una persona) = cargar, gastar
  • Vacilarse = pasarla bien
  • Water = inodoro
Continuará... Me voy a dirigir un entrenamiento de Match a Ketó. 


Cigarrillos nocturnos.
14 días en Lima.
Marcados por la intensidad. Una casa, un trabajo, unas funciones, unos amigos, un amigo. Todo en otro contexto.
Extraño también. Extraño de raro y extraño de extrañar.
Fumo y escribo. Me levanto todos los días a las 8. Me acuesto a las 3.
En algunos lugares mi nombre es "la argentina", en otros me siguen preguntando si soy española.
Fui al Hippie Sunday, un parque de Miraflores donde los domingos se juntan hippies a tocar tambores y bailar afro. Fui con Nicole, una americana piola que me hizo recordar que sé inglés. Fui a un cumpleaños y comí torta de lúcuma. Comí ají de gallina, riquísimo. Caminé, caminé, caminé. Tomé bus, tomé bus, tomé bus. 
Los buses son colectivos. Pocos tamaño colectivo, la mayoría minibuses. Todos con un choffer, y otro más que va en la puerta, gritando hacia adentro y hacia afuera todas las paradas, gritando al choffer cuando uno sube o baja, gritando a la gente que le pague el pasaje, en fin, gritando todo el tiempo. El pasaje no se paga al subir, sino que el gritador (averiguaré como se llama el trabajo), pasa a cobrarlo a mitad del viaje. En los que tienen puerta adelante y atrás, la gente sube y baja por cualquiera de las dos.
Comí un ceviche increíble. Bailé salsa. Dirigí un rato de match. Me compré  zapatos de taco para trabajar.
Conversé, conversé, conversé. Me reí, me reí, me reí. Me equivoqué de cuadra y me tuve que volver. Agarré para otro lado y caminé de más. Hasta ahora siempre me encontré.
Pregunté, pregunté, pregunté y sigo preguntando. Me invitaron a Cusco y a Chiclayo. Fui a la playa. Se me está pelando un poco la espalda. Extraño mi otra ropa. Un día dije que el alma no se vende y otro día que tengo corazón. Me pinté las uñas de los pies de rojo. Me voy a dormir.


Fotos
IMPRO














MIRAFLORES



 REGATAS (CHORRILLOS)



Hogar, dulce hogar
34 días en Lima.
Estoy sentada en la puerta de mi casa. Si, mi casa, que comparto con Silvia, actriz, guerrera, de sonrisa amplia; y Germán, músico, mago, de hablar armónico.
Una cocina amplia, luminosa y ventilada en planta baja. Tomo mates.
Un cuarto bonito con ventana en segundo piso. Una sala de meditación/ ensayo/lectura en primer piso.
Sillones, mesa, sillas, cama, escritorio, cocina, heladera, lavadero con ¡lavarropas!, y una proporción de lujo en los últimos tiempos: 2 baños para 3 personas.
Y la sensación de que la casa me creció alrededor.
En la última semana decidí que me quería ir del cuarto y de la situación de vivir en la casa de otros. Encontré un deseo posible: vivir con gente más parecida a mi y recuperar la cocina, territorio perdido. a los dos días me senté, en un bar, en un cumpleaños, al lado de Silvia. Silvia a punto de alquilar con Germán, una habitación de más y una confianza similar en el valor de la coincidencia. El acto de coincidir en el tiempo y el espacio correctos. Paris viene desde el otro extremo de la fiesta a decir que lo sabía.


Cosas que hice
Estrené Improviciada en Perú. Llevo tres funciones y gusta y sigue todos los viernes.
Sigo trabajando en el restaurante.
Todos los miercoles hago función con Ketó. Sala llena, diversión y vértigo.
Lunes ensayo Ketó, martes me junto con Nuria (compañera de dupla en Catch de Impro), miercoles función, jueves ensayo de Catch, viernes funcion.
Hice sesión de fotos para el Catch, Nuria de flamenca y yo de tanguera, extranjeras abrazando el stereotipo que nos toca. Cosí parte del vestuario a mano.
Encontré una mercería, que acá se llama "pasamanería", y compré mi kit básico de costura y algunas otras cosas.
Fui a Gamarra, que es una calle mezcla de once y la salada. Manuel dice que me brillaban los ojitos de entusiasmo. Compré sábanas, toallón,  cuatro metros de modal violeta y una tela a lunares para Nuria. Me divertí regateando y me reí con Teresa y Carmen, las señoras de la tienda de telas, y su teoría de los esposos.
Me hice cortinas y cubrecama violetas. Con apliques y todo.
Fui a ver una banda de rockeros cincuentones que hacen rock progresivo con Silvia y su amigo que toca el Citar. Tomé una cerveza en el camarín-sótano, que me transportó a los años 80 en Buenos Aires
Fui a ver otra banda que se llama Maderfunker, donde toca Feffo, que también toca en Improviciada.
Mucha gente me preguntó "cuántos años hace que estás en Lima"
Comí unas ensaladas para contrarrestar tanto arroz y legumbres, base de los almuerzos que me dan en el restaurante.
Fui con Milton al Hippie Sunday y vi bailar afro y árabe.
Caminé con Manuel por el malecón (rambla que da al acantilado que da al mar) de Miraflores a la madrugada y me reí de los guardias que duermen en los paliers vidriados de los edificios.Conversamos y comimos galletitas en los escalones de una iglesia.
Pusimos internet y teléfono en casa.
Mencionaron Improviciada (con datos de dia y lugar) en una nota en El Comercio, el diario con mayor tirada de Lima.
Lavé toda mi ropa e hice una lista para una encomienda que llega desde Argentina
Viaje mucho en bus, un poco en taxi y varias veces en mototaxi.
Soy feliz con cinco pares de medias.  


En Lima nunca llueve. Nunca, nunca. Y si llueve (creo que fueron dos veces en dos meses), llueve finito apenas 10 minutos. Es domingo a la tarde y llueve  finito pero desde hace un rato. Escucho la lluvia en el techo de chapa que da a la terraza, que da a la escalera que da a mi ventana.


Cosas que hice II
Cociné berenjenas a la parmesana.
Viajé en la combi (traducción = colectivo, bondi, micro) con una señora que de perfil tenía la cara del Inca, igualita a la que se ve en la piedra en el Valle Sagrado de Cusco, y con un monje franciscano igual a Horacio Guaraní. Es el segundo doble de Guaraní que veo, el primero fue en Salta. Guaraní es omnipresente.
Un domingo, volviendo del trabajo, me detuve en el parque en un evento por la diversidad. Había un chico con un cartel que decía "abrazos gratis". Bailé un rato en una improvisada coreografía conjunta y me llevé un globo, una cintita y tres abrazos.
Di un entrenamiento al elenco de los miércoles.
Negocié un horario en el restaurante para empezar a ensayar un formato de impro larga.
Aprendí a usar la maquina de café y a hacer  caja.
Volví a mirar series por internet.
Lavé toda mi ropa otra vez.
Ensayé Catch de Improvisación.
Dormí más que la semana anterior, pero no mucho.
Probé el jugo de guanábana y el licuado de lúcuma.
Tomé una cerveza de viernes a la noche con Tute y Ju. Gracias Skype.









Open Jato
"Jato" es una forma muy local de decirle a la casa. Jatear es quedarse en casa. Yo jateo, tu jateas, nosotros jateamos.
Mi jato es jato de artistas, y el viernes hubo fiesta de inauguración. "Open Jato", con evento en facebook y todo. Hubo muuuchos artistas. En el piso de abajo habia charla, tragos, piqueos y stand up espontáneos. En el living del segundo, musica en vivo y jammin, con guitarras, citar, trompeta, flauta traversa, sintetizador, bajo, batería, pandereta, djembé, handrum, maracas y buenos cantantes (hasta canté un tango). Arriba, pintura mural en la pared entre los cuartos y en el baño. Un éxito total. Se viene Open Jato, Casa Cultural?


los instrumentos

los músicos

la pintura



llegando

las cuerdas

Germán en el Hueco




El árbol


Todo es nuevo.
Los proyectos son nuevos. Los lugares son nuevos. Los trabajos son nuevos. Los amigos son nuevos. Los sabores, los olores, los colores son nuevos.


Abrir los ojos grandes de entusiasmo.
Saber que en ese otro lugar está lo viejo.
Entender que en la forma en que miro cada cosa está lo viejo
                                     conocido
y amado.






Ica
Evento para una señal de TV en Ica, a 4 horas y media de Lima, en un hotel de lujo, oasis en el desierto. Y cuando digo el desierto, digo el desierto. Ica está en el medio de un desierto de dunas, de los que, hasta hoy, creí que sólo había en Arabia. 
Un viaje relámpago super profesional: llegamos, cenamos, dormimos, desayunamos, actuamos, volvimos. Todo pago y bien organizado, y además me pagan muy bien por el trabajo. Daba pena no quedarse un rato más. En los escasos minutos libres saqué todas las fotos que pude y vine todo el camino de vuelta mirando por la ventanilla.
Después de un tiempo en la gran ciudad, volví a ver desde el micro los paisajes de provincia. Las casitas bajas, los ranchitos, y la gente trabajando en el campo al costado de la ruta, doblados bajo el sol del desierto. También vi unos pueblos de ricos, frente al mar y con el desierto a la espalda, y del otro lado de la ruta las casitas de paja y chapa de la gente que trabaja en esos pueblos, que según me dijeron, no tiene permitido bajar a la playa de los ricos. Como si al mar le importara la cuenta bancaria.

Hotel Las Dunas 

el techo de la habitación 



cementerio

viñedos 

esto es el desierto 

casitas 


Desierto + Mar



          
Paseo por el Centro





En el centro de Lima hay una estatua de San Martin. En la base hay una figura griega sosteniendo un cartel. Le encargaron al escultor, peruano, que le hiciera fuego sobre la cabeza.
Quien hizo el encargo debería haber dicho flama, o llamarada. 
Dijo: una llama.    






                                                                                     En el barrio chino hay una calle peatonal donde el piso es una colmena de bodas, aniversarios, nacimientos y declaraciones de amor. 
Como un gran clasificado del rubro sociales.



Rimac

Fachadas

Nuria camina Lima



Un club exclusivo de familias con gran apellido donde no permiten la entrada a mujeres



La cúpula de Hotel Bolivar

Las escaleras del Bolivar

La recepción del Bolivar

Noticia de Viernes Santo


Centro Cultural El Averno. Casa tomada que , paradójicamente, esta cerrada por incendio.

Sincretismo

desde el Queirolo

Bar Queirolo

Keiko Tubby




procesión de semana santa

Plaza de Armas

Parque de la muralla


Cosas que hice III
Renuncié al restaurante. Al fin vivo de ser artista.
Terminé una exitosa temporada de dos meses de Improviciada. La última función con invitada musical e invitado improvisador, como corresponde.
Empecé a dar un taller inicial de Impro Deportiva en Ketó, y a asistir a Paris en la materia Impro Deportiva en La Divina, Escuela de Comedia.
Abrí la inscripción para el taller para improvisadores que dictaré en el Patapoint.
Estrené con Impro Callejeras el Catch de impro.
Jugué el primer partido del Campeonato de Match de Improvisación, Liga Profesional, y ¡Ganamos! (al otro equipo favorito del campeonato). Mi equipo se llama Los Ramírez, la buena familia, parodiando una conocida campaña publicitaria de una empresa de Lima.
Trabajé en un evento para Nestlé, con Ketó, en Pachacamac, un lugar al sur de Lima. En unas horas gané el mes de alquiler completito.
Entrené, ensayé, entrené, ensayé.
Fui directora de arte en una publicidad para televisión. Mi tarea: decorar una cocina. Fui de compras al mercado central, a la parte de bazar, una de esas experiencias que para muchos sería estresante y para mí fue como ir a un parque de diversiones (y que me paguen por ir). Conocí a Don Pedrito, especie de prócer de la cocina televisiva para la familia numerosa, mezcla de Lita de Lázari con Blanca Cota. Cuando terminó el rodaje me regalaron toda la utilería. Mi cocina luce fantástica.
Conocí la Calle de los Gatos, un lugar en Miraflores donde viven infinidad de gatos sanos, felices y bien alimentados por la municipalidad y se me partió el corazón pensando en Sushi. Vi una igualita a ella de cachorra.
Salí, bailé y tomé chilcano, popular trago con pisco, tónica y limón.
Descubrí cerca de casa, en el mercado de Surquillo, el Festival de la Sazón Peruana: viernes, sábados y domingos al mediodía, ponen mesas en la calle y muchos puestos de comida típica, rica y barata, atendidos por señoras cocineras. mmmmmmmm
Tuve tiempo libre y vi pelis, las últimas de  Jeunet (Micmacs, genial) y Kusturica. Tengo pendientes las últimas de los Cohen y Alex de la Iglesia.
Presenté, desde acá, por video, el premio a mejor improvisador en la entrega de los Premios CP.
Comencé mi entrenamiento para dar los talleres de coaching empresarial de Ketó.
Cociné un poco más.
Germán puso plantines de especias al costado de mi cuarto y juré regarlas, amarlas y protegerlas.
Estoy contenta porque acá no hace frío.


taller

Catch



evento en Pachacamac




Match


La calle de los gatos
igualita a Sushi





VISITAS
Vinieron papá y mamá una semana. De más estaría tratar de explicar cuánto los extrañaba, cuánto me alegré de verlos y cuántas ganas tenia de mostrarles mi trabajo, mi casa y mis amigos de acá. Compartir un ratito de mi vida limeña y verlos irse tranquilos, contentos y orgullosos.
Paseamos por Lima porque por el trabajo no podia alejarme de la ciudad, pero tenia bastante tiempo libre en el dia y nos alcanzó para
DOMINGO en Pachacamac con Nuria, ida y vuelta en combi, visita a las ruinas y almuerzo con espectáculo: turismo aventura, arqueológico, gastronómico y folcklórico, todo en uno. Pequeño resumen del Perú con guía española.
  • Los viajes en combi (con combinaciones y todo) fueron fluidos y agradables, magias de andar con buena vibra en la ciudad.
  • Recorrimos museo y ruinas de Pachacamac, con una guia flaquita y simpática que nos contaba de las cuatro culturas que vivieron ahi, sucediéndose en el tiempo.
  • En lo alto del Templo más alto vimos aparecer el mar al lado del desierto y Nuria conversó por celular, en catalán, con su mamá que llamaba desde España. Momento de tremenda metáfora de la cercanía y la distancia.
  • Con sana irreverencia alguien llamó "las muertitas" a las vírgenes sacrificadas por los incas y nos reímos, pero no anduvimos pisoteando zonas prohibidas como lo hacían los turistas gringos con sus cámaras gigantes.
  • Bajada de la combi a la entrada del pueblo y la pregunta donde comemos que se responde sola. Frente a nosotros, restaurant de comida de la sierra rico, lindo, barato y con espectáculo de música y danzas tradicionales. Gol. Dos cantantes que parecian salidos de un programa de television de los 80, Nuria y yo atrapadas por el bailarin en su juego con el público, bailando en el escenario una extraña ronda-zapateo, Nuria cargada en hombros por el bailarin, muchas risas, mi papá comiendo alpaca (momento memorable en su historial de no probar comidad raras), 
  • Regreso llenos, cansados y contentos.
  • Visita al Parque de las Aguas, fuentes, fotos y caminata con conversación. 
Todo eso sólo en un domingo!
Después, paseo por el centro de Lima, caminata por el malecón de Miraflores, función de los miércoles, parque y playa de Barranco, con juntada de caracoles y almuerzo en terracita viendo el mar, mucha comida rica y muchisima charla. Hermosa y feliz semana, ya los extraño.






HUANCHACO
Había una vez un evento de Ketó en Trujillo, con pasajes en avión, de ida viernes a la mañana, de vuelta sábado a la mañana. Un día, el evento se pospuso, pero los pasajes estaban sacados con una oferta que no se podía cambiar. Asi fue como Klauer, Pepe y Mariana tuvieron un día de vacaciones en Huanchaco, paraíso surfer con atardecer en la playa y alojamiento barato y bonito. Colorín colorado, Pepe  corrió olas y Klauer comió helado.








hoy el plomero (o gasfitero) rompio una pared de mi cuarto por una fuga y salia un chorro como de fuente. mientras el cuarto se inundaba, el tipo me dejo con el dedo en el agujero de la tuberia y se fue a buscar la llave de paso. dia de escenas de dibujo animado.


Extraño el fernet y las milanesas. Las preguntas de Anita, la risa de Vane y la fuerza de Celina. Las noches en Raimundo y con Unagi. Papá, mamá y hermana. Las caminatas nocturnas por La Plata. Dormir con lluvia. Las tormentas con truenos y relámpagos. El vino y el asado. Las rondas interminables de mate. Bailar reggae los jueves. Mis libros y cuadernos. Mi cama y mis elementos de cocina. El sol en invierno. El olor a tierra mojada. las facturas y los bizcochitos de grasa. Los bares abiertos hasta el amanecer y los universitarios estudiando en las plazas. Y muchas cosas más que ahora no me acuerdo.


Paracas, departamento de Ica, Perú.


                     un lugar de inmensidades extremas. el mar pegadito al desierto. infinita agua, infinita arena. y viento, mucho viento.


el mar

Paracas es una bahía, una parte de la costa irregular como un borde de puntilla. Tanto que el mar no tiene olas, sabemos que no es un lago porque el agua sube y baja constantemente en la playa, pero las barcas detenidas,  desparramadas alrededor del muelle  están realmente asi, detenidas, estáticas, casi como si estuvieran en la tierra.  Lo veo desde la terraza del hostal. Ahora es de noche, y el mar está negro. De día es azul, muy azul, y a veces turquesa y a veces verde.

3 pelícanos 3


atardece en Paracas


el cielo de Paracas




las islas

Las islas Ballestas son una reserva natural que está a 20 minutos en lancha desde la playa de Paracas.  La visita se hace rodeándolas desde el mar, porque está prohibido para el turista poner un pie en ellas. En el camino pudimos ver desde la lancha el Candelabro, un dibujo gigante del tipo de las líneas de Nazca, excavado en la montaña, que en realidad no representa un candelabro sino un cactus. Después de un rato de navegar en mar abierto empiezan a aparecer los pájaros, señal de que estamos llegando a las islas, que se llaman Ballestas porque están llenas de arcos de distintos tamaños, por donde pasa el agua y se ve hacia el otro lado de la isla. Algunas son pequeños túneles oscuros que no se ve a dónde conducen, otras son grandes como un puente sobre una avenida de agua, tan grandes que pasamos por debajo con la lancha. Las islas están llenas, llenísimas de vida. Vimos, de abajo hacia arriba, algas, estrellas de mar, cangrejos, erizos, lobos de mar, pingüinos, pelícanos, cormoranes, piqueros (parecidos a las gaviotas) y zarcillos (lindos pájaros negros con el pico y las patas rojo fuego). Millones y millones de aves. Tantas que la roca parece negra hasta que te das cuenta de que ese negror tiene vida y se mueve y levanta vuelo; tantas que una vez por año se extraen toneladas de guano que se exportan a Europa como fertilizante. Nos reímos diciendo que era la venganza del Perú, que a cambio de siglos de explotación colonial ahora le vende caca a España, hasta que vimos que los trabajadores del gobierno sacan el guano a mano, con pala: nada ha cambiado tanto.

pingüino


el vuelo


colores



roca roja, lobo negro


el Candelabro


eso negro son pájaros

gran arco


parejita


el color del mar

anidando



el desierto

La Reserva Nacional de Paracas tiene 335 mil hectáreas, 65% de mar y 35% de desierto costero. Se entra al desierto en auto, por un camino que parece una carretera de asfalto pero no lo es, es un camino de sal apisonada, que se vuelve color gris por el paso de los neumáticos, y alrededor arena, inmensas montañas de arcilla cubiertas ´por 15 o 20 centímetros de arena. Por eso no se llaman dunas, porque tienen arcilla abajo, nos dijo Lino, pero se ven como dunas. Al mirar alrededor parece que uno estuviera en el Sahara, con la diferencia de que a cada rato, en algún recodo del camino, aparece el mar y unas playas increíbles, con acantilados donde la erosión hace dibujos y cuevas y el mar es turquesa verdoso. Hay una playa de arena gris, una de arena roja, una de pescadores y un istmo donde, parado en el desierto, se puede ver el mar a derecha y a izquierda. De fauna y flora sólo vimos lagartijas y algún que otro pájaro sobre el mar.


en la ruta de sal

fósiles

Lagunillas

pescadores y pelícanos

playa gris

playa roja

ruta de sal






el pueblo

Paracas es chiquito y tranquilo, pueblo de pescadores y turismo autóctono donde todos se acuestan y se levantan tempranísimo, se come muchísimo pescado y hay una hora de la tarde en que salen los panaderos, vendiendo pan caminando con una canasta al hombro y anunciándose con una corneta de metal, de esas de bicicleta antigua. Las señoras venden chocotejas en la plaza, no hay taxis, menos que menos colectivos, y el locutorio del pueblo es una señora que por la ventana te ofrece un celular a un sol el minuto. Al final del pueblo y con playa privada están los dos hoteles 5 estrellas y las casas de veraneo de los limeños ricos. Desde la terraza del hostal Mar Azul vemos el mar desayunando. En el lobby esta Lino, conserje nocturno, guía diurno y taxista ocasional, que nos cuenta del terremoto del 2007.


Barquitos

pescadores

Lino nos llevó hasta Huacachina

en la terraza del Mar Azul


Huacachina, Ica, Perú.


En medio del desierto de dunas inmensas y arena infinita...un oasis.

somos como hormigas...

Huacachina

Buggy el aceitoso




AAAAAAHHHHHH!!!!!!

La Huacachina desde el desierto

Ica detrás del desierto





BARRANCO mi barrio















AÑO NUEVO EN ARGENTINA